Über uns
Unsere Familie
Wir sind Daniel und Cornelia Hahlen, Gründer der Refugio-Hütte, wir haben 3 Kinder (Corina, Pascal und Delia). Wir leben seit 1993 in diesem wunderbaren Land. Unsere Beratungsausbildung haben wir in unserem Heimatland Schweiz erhalten; Unser größter Wunsch ist es, weiterhin allen Menschen zu dienen und unser Wissen mit ihnen zu teilen. Wir haben dies in der Zeit getan, in der wir in diesem wunderschönen Land leben, und wir fühlen uns dem verpflichtet, was Gott an diesem Ort tut und tun möchte.
Die Geschichte
Als Familie (Daniel, Cornelia, Corina, Pascal und Delia) waren wir von 1993-2007 in Ecuador. Unsere Erfahrung ist; Gott existiert und offenbart sich denen, die ihn suchen. Wir konnten nicht immer hinter dieser Aussage stehen. Aber jetzt ist sie unzertrennlich von uns. Wir haben auch die Gewissheit, dass Gott uns nach Ecuador schickt, um dort einen Job zu machen. Dieses Mal sind wir nur eine Familie. Vielleicht werden wir in Zukunft ein größeres Team sein, das in Ecuador dient, und nur Gott weiß, ob in einem anderen Teil der Welt.
Declaración de FE
¿En Que Cree Nuestra fundación CIC?
Creemos en…
Las Escrituras
La Biblia es la Palabra inspirada de Dios, es el producto de lo que hablaron y escribieron santos hombres de la antigüedad al ser movidos por el Espíritu Santo. El Nuevo Pacto, como está registrado en el Nuevo Testamento, es aceptado por nosotros como nuestra guía infalible en los asuntos relativos a la conducta y doctrina (2 Ti. 3:16; 1 Ts. 2:13; 2 P.1:21).
La Trinidad
Nuestro Dios es uno, siendo Tres Personas Divinas las que conforman la Deidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, siendo iguales (Fil.2:6). El Padre es mayor que todo; Él fue Quien envió la Palabra (el Logos) y que Engendró a Jesús en la Resurrección. El Hijo es la Palabra encarnada, el Unigénito Dios, que ha existido con el Padre desde la Eternidad (Juan 1:1,14). El Espíritu Santo procede tanto del Padre como del Hijo y es Eterno (Juan 15:26).
Jesucristo
Jesucristo es el Hijo de Dios encarnado, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María (Mat.1:20-23). Él murió en la cruz, el justo por los injustos, en sacrificio reemplazante para salvación del hombre pecador (Juan 1:29 / Hebreos 9:26 / 1. Juan 1:7). Resucitó de los muertos (Luc. 24:39 / 1. Cor. 15) y ascendió al cielo donde está sentado a la diestra de Dios el Padre, y de donde volverá visiblemente en fuerza y poder (Hechos 1:11). Él es la Cabeza de su Iglesia (Efesios 4:15), es el Rey de Israel y Señor del mundo.
El Espíritu Santo
El Espíritu Santo es una persona de la Divina Trinidad. Él exalta a Jesucristo y no a sí mismo ni a sus dones, nos hace entender las Escrituras y ha sido mandado para vivir en el creyente, guiarlo y apoderarlo. Él convence al mundo de pecado, justicia y juicio. Es recibido del creyente en el momento de aceptar a Jesús como su único salvador. Es invitado del nuevo creyente para hacer la nueva obra. En Hechos se lea también que los apóstoles oraron por el Espíritu Santo. En muchas ocasiones es recibido por oración después del bautismo en agua. El regala todos sus dones a quien Dios lo designa. (Juan 14:16 / 1. Cor. 12:4 / Juan 16:8-11 / Hechos 8:15; 10:44; 11:15: 17:19; 10:47; 19:2 / Hechos 12 y 14).
El Hombre: Su Caída y Redención
El hombre es un ser creado, hecho a la imagen y semejanza de Dios, pero a través de la transgresión y caída de Adán, el pecado vino al mundo.
“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. “Como está escrito: No hay justo ni aún uno”.
Jesucristo, el Hijo de Dios fue manifestado para deshacer las obras del diablo y dio Su vida y derramó Su Sangre para redimir y restaurar al hombre, aparte de las obras y la ley, y se hace operativa por medio de la Gracia a través de la Fe en Jesucristo, produciendo obras aceptables para Dios (Ef.2:8,10).
La Vida Eterna y el Nuevo Nacimiento
El primer paso del hombre hacia la salvación es la convicción de pecado por el Espíritu Santo que obra para arrepentimiento. Todos los hombres necesitan el Nuevo Nacimiento, y cuando lo experimentan, produce Vida Eterna (2 Co. 7:10; 1 Juan 5:12; Juan 3:3-5).
El Bautismo en agua
El Bautismo en agua es por inmersión, como un mandamiento directo de nuestro Señor, y es sólo para creyentes. Esta ordenanza es un símbolo de la identificación del cristiano con Cristo en Su Muerte, Sepultura y Resurrección (Mt. 28:19; Ro. 6:4; Col. 2:12; Hechos 8:36-39).
Hemos adoptado la siguiente oración para bautizar en Agua: “Por la confesión de tu Fe en el Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, y por Su Autoridad, yo te bautizo en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
La Santificación
La Biblia enseña que sin Santidad nadie verá a Dios. Creemos en la doctrina de la Salvación como una obra definida. Sin embargo, es una obra progresiva y de Gracia, produciendo Santificación, que comenzó con el Nuevo Nacimiento y que continuará hasta la consumación de la Salvación cuando recibamos un Cuerpo Glorificado en el Rapto de la Iglesia (He. 12:14; 1Ts.4:17; 5:23; 2 P. 3:18; Fil. 3:12-14; 1 Co.1:30).
La Sanidad Divina
La Sanidad es para las enfermedades físicas y es efectuada por el Poder de Dios a través de la oración de Fe, y por la imposición de manos. Fue provista para nosotros por la Obra de Cristo, y es privilegio de cada miembro de la Iglesia de hoy (Marcos 16:18; Stg. 5:14-15; 1 P. 2:24; Mt. 8:17; Isaías 53:4-5).
La Resurrección de los Justos y el Retorno de Nuestro Señor
Los ángeles dijeron a los discípulos de Jesús: “…este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.
Su Venida es inminente. Cuando Él venga: “…los muertos en Cristo resucitarán primero; y nosotros los que quedemos seremos tomados con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire…” (Hch. 1:11; 1 Ts. 4:16-17).
Después de la tribulación, El volverá a la tierra como Rey de reyes y Señor de Señores, y junto a Sus santos, que serán reyes y sacerdotes, reinaremos por mil años (Ap. 20:6) y luego reinaremos con Él y le serviremos por la Eternidad (Ap.22:3,5).
El Infierno y el Castigo Eterno
Aquel que muera físicamente en sus pecados sin haber aceptado a Cristo no tiene esperanza y se perderá eternamente en el Lago de Fuego y, por lo tanto, no tiene otra oportunidad para escuchar el Evangelio y arrepentirse. El Lago de Fuego es literal.
Los términos “eterno” y “perpetuo”, usados para describir la duración del castigo de los condenados en el Lago de Fuego, lleva el mismo pensamiento y significado de una existencia sin fin, tal como es usada para denotar la duración del gozo y el éxtasis de los santos en la presencia de Dios (He. 9:27; Ap. 19:20).
Unsere Herausforderungen und Leistungen
Arbeiter und Mitarbeiter
Es ist ein Projekt, das aus dem Herzen Gottes entsteht
Unser Traum
Und mit der Hilfe Gottes und Ihrer helfen wir es hier in La Maná